El Suspiro del Moro
Cuenta la leyenda que Boabdil (Mohamed Abu Abdalahyah), un pacifista y el último rey de los moros, se rindió en Granada sin luchar contra el Rey Fernando y la Reina Isabel de España en 1492. Tras arrebatar los Reyes Católicos el último reducto de la dominación musulmana a Boabdil ; el rey moro y su séquito fueron desterrados de Granada. Los monarcas Católicos exiliaron a Boabdil e inmediatamente izaron la bandera de la España cristiana sobre la Alhambra, señalando el fin del último reino musulmán de la Península. Se les cedió un pequeño territorio en las áridas Alpujarras, donde aguantarían aún unos años.
Camino a su destierro, Boabdil no se atrevía a girar la mirada hacia Granada, y sólo cuando estuvo lejos, hizo una pausa en su camino, sobre la colina conocida por El Suspiro del Moro, y observando por última vez su palacio y la bella ciudad que había perdido, suspiró, y rompió a llorar. Su propia madre, Ayesha, llena de sorpresa y furia, le reprochó sus lágrimas exclamando: "Llora como mujer lo que no has sabido defender como hombre".
No es difícil entender el porqué del llanto de Boabdil. Las lágrimas que derramó eran la constatación de que iba a abandonar un paraíso en la Tierra.
Fotografía: Jaime Muñoz (J. Monet)
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